Afronta los retos
La vida va poniendo piedras en el camino para ver si las sorteas, si las saltas, si la esquivas o las rodeas.
Dependiendo de la opción que elijas, el resto de camino será de una forma u otra. La verdad es que cuando ves ese “pedrusco” delante de ti lo primero que piensas es en echar a correr y no volver la vista atrás, pero eso no va a evitar que la piedra siga allí, en otra ocasión deberás pasar por ahí y la piedra seguirá esperándote.
En estos años me he encontrado con muchas de estas piedras en mi camino, en ocasiones las he esquivado pensando que desaparecerían, pero no es así, siguen allí esperándome.
En otras las he bordeado intentando que no me viera la piedra a mí, como si eso fuera posible, jajajaja…
Pero ahora me estoy ya enseñando a afrontarlas, a no huir, a mirarlas a la cara, en definitiva, a ser valiente y hablar con ellas para ver cuál es la mejor solución y como lo podemos hacer para seguir el camino libre.
¿Sabéis que? Creo que lo he conseguido, porque cuando las miro a los ojos, porque esas piedras tienen ojos, se apartan y me dejan el camino libre.