Vivimos confundidos por el rumor que nos rodea y nos desvía.
Esa es nuestra idiosincrasia como humanos, el confundirnos, sentir que no estamos en el lugar que nos corresponde, ver el mundo con las lentes de la mente y olvidar que tenemos los ojos del corazón.
Esos somos nosotros, la confusión.
Pero se puede llegar a despejar la mente de esas confusiones e ilusiones que no nos permiten vivir en concordancia con lo que verdaderamente somos.
Podemos llegar a conocernos y comprendernos en lo más profundo de nosotros mismos, esa profundidad que nos asusta y que nos impone, pero que es la verdadera visión de nuestro SER.
Solo debemos desear dar el paso para emprender el camino, no hay que tener miedo, siempre encontraras personas a tu lado que te guiarán y te sostendrán, siempre encontraras esa alma gemela que te busca sin esperar nada a cambio, que solo desea tu bienestar.
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